viernes, 20 de diciembre de 2013

Benjamín Prado

Ecuador

Hace falta la noche para ver las estrellas.

Igual que ayer, hoy busco -lo dijo Juan Ramón-
una verdad aún sin realidad;
busco en la tinta verde de todo lo que escribo
un planeta sin nombre o una jungla perdida.

Y hace falta la noche.

Yo me siento en las sombras,
prendo un fósforo,
tallo mis esmeraldas, construyo mis panales.
Todo es igual y todo es diferente.

La vida,
que fue un río,
es ahora un océano,
el pasado es la arena y el agua es el futuro.

Hace falta la noche.

Todo está en mí
lo mismo que un clavo en la madera:
cada paso en la nieve,
cada luz apagada,
cada piel encendida.

domingo, 27 de octubre de 2013

Roberto Juarroz

Hay corazones sin dueño...

Hay corazones sin dueño,
que no tuvieron nunca la oportunidad
de regir como un péndulo casi atroz
el laborioso espasmo de la carne.

Hay corazones de repuesto,
que esperan sabiamente
o por quién sabe qué mandato
el momento de asumir su locura.

Hay corazones sobrantes
que se descuelgan como puños de contrabando
desde la permanente anomalía
de ser un corazón.

Y hay también un corazón perdido,
una campana de silencio,
que nadie sin embargo ha encontrado
entre todas las cosas perdidas de la tierra.

Pero todo corazón es un testigo
y una segura prueba
de que la vida es una escala inadecuada
para trazar el mapa de la vida.




Algún día encontraré una palabra...

Algún día encontraré una palabra
que penetre en tu vientre y lo fecunde,
que se pare en tu seno
como una mano abierta y cerrada al mismo tiempo.


Hallaré una palabra
que detenga tu cuerpo y lo dé vuelta,
que contenga tu cuerpo
y abra tus ojos como un dios sin nubes
y te use tu saliva
y te doble las piernas.
Tú tal vez no la escuches
o tal vez no la comprendas.
No será necesario.
Irá por tu interior como una rueda
recorriéndote al fin de punta a punta,
mujer mía y no mía
y no se detendrá ni cuando mueras.

sábado, 19 de octubre de 2013

Gottfried Benn

Postludio

Tienes que sumergirte, que aprender,
unas veces es dicha, otras oprobio,
no te rindas, no debes alejarte
cuando a la hora se le fue la luz.

Aguantar, aguardar, estando hundido,
desbordado unas veces, otras mudo,
es una ley extraña, no hay centellas,
no estás solo, mira a tu alrededor:

La tierra quiere dar sus fresas
en abril, aunque tenga pocas flores,
mantiene sus pepitas,
callada, hasta que lleguen buenos años.

De dónde se alimentan las semillas
nadie lo sabe ni si alguna vez
va a echar flores la copa -
aguantar, aguardar, no reservarse,
oscurecer, envejecer, postludio.

Versión de Eustaquio Barjau

Sólo dos cosas

A través de mil formas transido
-nosotros, tú, yo- sólo sé
que en todas hemos sentido
la eterna cuestión: -¿Para qué?

Pregunta pueril que no oíste,
pues sólo tarde supiste
que dado te fue padecer
-o razón, o locura, o mito-
tu estigma fatal: el deber.

Del árbol, la nieve y el mar
nacer y morir es el sino;
dos cosas habrán de quedar:
la nada y mi propio destino.

Versión de Otto de Greiff

jueves, 10 de octubre de 2013

Emily Dickinson

Hoy algo diferente, no por ser  un poema distinto ya que todos son únicos e irrepetibles, sino por su manera de llegar a mí. Yo estaba convencida de que nadie leía este blog, salvo yo misma y algún amigo a quien se lo indicaba. Sin embargo, alguien a quien admiro mucho a través de sus letras, de sus poemas, me lo ha enviado y me ha hecho sentir que no estoy tan sola. Gracias Ío, muchas gracias por tu atención, y sí, me gusta casi tanto como los tuyos. 

Merece la pena pasear por su blog y detenerse a leer sus palabras porque os llegarán. A la derecha está el enlace.


El fantasma interior

No es necesario ser una habitación
para estar embrujada,
no es necesario ser una casa.
El cerebro tiene pasillos más grandes
que los pasillos reales.


Es mucho más seguro encontrarse a medianoche
con un fantasma exterior
que toparse con ese gélido huésped,
el fantasma interior.


Más seguro correr por una abadía
perseguida por las sepulturas
que, sin luna, encontrarse a una misma
en un lugar solitario.


Nosotros tras nosotros mismos escondidos,
lo que nos produce más horror.
Sería menos terrible
un asesino en nuestra habitación.


El prudente coge un revólver
y empuja la puerta,
sin percatarse de un espectro superior
que está más cerca.



Emily Dickinson | El viento comenzó a mecer la hierba

La traducción, de Enrique Goicolea, pertenece a la reciente antología poética publicada bajo el título El viento comenzó a mecer la hierba (Nórdica, 2012).

miércoles, 9 de octubre de 2013

Lorenzo Oliván

El paisaje interior

La oscuridad te hace
mirar siempre hacia dentro,
hacia un dentro sin fondo
que se abre en uno mismo.

Quizás por eso sueñas
que caes y nunca acabas
de llegar al final
de tan hondo vacío.

Imagen de tus manos

Hay manos que acarician
y casi casi ven.

Ven y acaríciame y haz que yo sea
la imagen que de mí tienen tus manos.

Saber morir

El sol se va
olvidando, olvidando
de sí mismo y, de pronto,
anochece.

                      Qué bien saben morir
algunas cosas que ya estaban muertas.

Puntos de fuga  1996-2000


martes, 8 de octubre de 2013

Nina Cassian

Alegría

Gozo mezclando mis cabellos con vosotras, hojas del otoño,
corriendo por el bosque loco, resbalando, riendo y arañando
mis mejillas en vuestras formas rugosas.
Me alegra poder lanzar
en el Otoño rojo mi grito solo y profundo
bajo las bóvedas de oro seco, en el susurro del viento.
Me gusta huir, caer y reír sobre la tierra adornada
por los mil labios de tu sonrisa amarilla,
                                                                                      Otoño!
                                                                                         1957

Versión de Pablo Neruda

domingo, 22 de septiembre de 2013

Lope de Vega

El amor

Desmayarse, atreverse, estar furioso,
áspero, tierno, liberal, esquivo,
alentado, mortal, difunto, vivo,
leal, traidor, cobarde y animoso;
no hallar fuera del bien centro y reposo,
mostrarse alegre, triste, humilde, altivo,
enojado, valiente, fugitivo,
satisfecho, ofendido, receloso;
huir del rostro al claro desengaño,
beber veneno por licor suave,
olvidar el provecho, amar el daño;
creer que un cielo en un infierno cabe,
dar la vida y el alma a un desengaño,
esto es amor: quien lo probó lo sabe.
Soneto de Lope de la Vega

lunes, 5 de agosto de 2013

Miquel Martí i Pol

Me declaro vencido...

Me declaro vencido. Los años que me quedan
los malviviré en penumbra. Cada mañana
deshojaré una rosa -la misma-
y con tinta evanescente escribiré un verso
débil y nostálgico en cada pétalo.
Os lego mi sombra en testamento:
es lo más perdurable y sólido que tengo,
y los cuatro palmos de mundo tranquilo
que creo cada día con la mirada.
Cuando muera, cavad un profundo hoyo
y enterradme en él de pie, frente al mediodía,
que el sol. al salir, me ciegue el fondo de los ojos.
Así la gente que me vea exclamará:
-Mirad, un muerto con la mirada viva.

De "La piel del violín"
Versión de Adolfo García Ortega

sábado, 3 de agosto de 2013

Cristina Peri Rossi

Erótica

Tu placer es lento y duro
viene de lejos
retumba en las entrañas
como las sordas
sacudidas de un volcán
dormido hace siglos bajo la tierra
y sonámbulo todavía
Como las lentas evoluciones de una esfera
en perpetuo e imperceptible movimiento
Ruge al despertar
despide espuma
arranca a los animales de sus cuevas
arrastra un lodo antiguo
y sacude las raíces
Tu placer
lentamente asciende
envuelto en el vaho del magma primigenio
y hay plumas de pájaros rotos en tu pelo
y muge la garganta de un terrón
extraído del fondo
como una piedra.
Tu placer, animal escaso.

Distancia justa

En el amor, y en el boxeo
todo es cuestión de distancia
Si te acercas demasiado me excito
me asusto
me obnubilo digo tonterías
me echo a temblar
pero si estás lejos
sufro entristezco
me desvelo
y escribo poemas.
"Otra vez eros" 1994

domingo, 14 de julio de 2013

Darío Jaramillo Agudelo

Poemas de amor

8. Tu lengua, tu sabia lengua que inventa mi piel,
tu lengua de fuego que me incendia,
tu lengua que crea el instante de demencia, el delirio del cuerpo enamorado,
tu lengua, látigo sagrado, brasa dulce,
invocación de los incendios que me saca de mí, que me transforma,
tu lengua de carne sin pudores,
tu lengua de entrega que me demanda todo, tu muy mía lengua,
tu bella lengua que electriza mis labios, que vuelve tuyo mi cuerpo por ti purificado,
tu lengua que me explora y me descubre,
tu hermosa lengua que también sabe decir que me ama.

12. Todo tuyo siempre todavía.
Tuyo todo por siempre hasta hoy y luego,
tuyo siempre porque para ser lo necesito,
siempre todo tuyo,
siempre aunque siempre nunca sea,
todo íntegro tuyo siempre y hasta ahora
más el próximo nuevo instante cada vez.
Con todo el tiempo el mundo a nuestro alcance,
todo el tiempo del mundo que es igual a la próxima noche,
todo tuyo siempre todavía.
Seguro de sobrevivir mañana tuyo,
siempre tuyo desde hoy en cada mañana de mañana.
Enamorado de ti, siempre y ahora, sin recuerdos,
en presente siempre amándote,
eternamente tuyo,
todo tuyo siempre todavía.

Darío Jaramillo Agudelo
De "Poemas de amor" 1986

martes, 2 de julio de 2013

Federico García Lorca

Pequeño vals vienés

En Viena hay diez muchachas, 
un hombro donde solloza la muerte 
y un bosque de palomas disecadas. 
Hay un fragmento de la mañana 
en el museo de la escarcha. 
Hay un salón con mil ventanas. 
¡Ay, ay, ay, ay! 
Toma este vals con la boca cerrada. 

Este vals, este vals, este vals, 
de sí, de muerte y de coñac 
que moja su cola en el mar. 

Te quiero, te quiero, te quiero, 
con la butaca y el libro muerto, 
por el melancólico pasillo, 
en el oscuro desván del lirio, 
en nuestra cama de la luna 
y en la danza que sueña la tortuga. 
¡Ay, ay, ay, ay! 
Toma este vals de quebrada cintura. 

En Viena hay cuatro espejos 
donde juegan tu boca y los ecos. 
Hay una muerte para piano 
que pinta de azul a los muchachos. 
Hay mendigos por los tejados. 
Hay frescas guirnaldas de llanto. 
¡Ay, ay, ay, ay! 
Toma este vals que se muere en mis brazos. 
Porque te quiero, te quiero, amor mío, 
en el desván donde juegan los niños, 
soñando viejas luces de Hungría 
por los rumores de la tarde tibia, 
viendo ovejas y lirios de nieve 
por el silencio oscuro de tu frente. 
¡Ay, ay, ay, ay! 
Toma este vals del "Te quiero siempre". 

En Viena bailaré contigo 
con un disfraz que tenga 
cabeza de río. 
¡Mira qué orilla tengo de jacintos! 
Dejaré mi boca entre tus piernas, 
mi alma en fotografías y azucenas, 
y en las ondas oscuras de tu andar 
quiero, amor mío, amor mío, dejar, 
violín y sepulcro, las cintas del vals.


Federico García Lorca

domingo, 26 de mayo de 2013

Roberto Juarroz

Si has perdido tu nombre...

Si has perdido tu nombre,
recobraremos la puntada de las calles
más solas
para llamarte sin nombrarte.

Si has perdido tu casa,
despistaremos a los guardianes de la
cárcel
hasta dejarlos con su sombra y sin sus
muros.

Si has perdido el amor,
publicaremos un gran bando de palomas
desnudas
para atrasar la vida y darte tiempo.

Si has perdido tus límites,
recorreremos el cruento laberinto
hasta alzar otra forma desde el fondo.

Si has perdido tus ecos o tu origen,
los buscaremos, pero hacia adelante,
en el templo final de los orígenes.

Solamente si has perdido tu pérdida,
cortaremos el hilo
para empezar de nuevo.

Poesía vertical 24 

Darlo todo por perdido.
Allí comienza lo abierto.

Entonces cualquier paso
puede ser el primero.
O cualquier gesto logra
sumar todos los gestos.

Darlo todo por perdido.
Dejar que se abran solas
las puertas que faltan.

O mejor:
dejar que no se abran.

jueves, 9 de mayo de 2013

Hilarión Cabrisas

Sed de ti

¡Qué sed tengo de ti!  Eres la fuente
que corre cristalina ante mis ojos,
y son inútiles mis brazos flojos
para hacer que se tuerza la corriente.

Inútilmente domo mis antojos,
y trato de olvidarte inútilmente:
sueña mi mente con tu tersa frente
y con el vino de tus labios rojos.

¿Qué daño habré hecho yo, que en mi camino
todo me llega tarde? Si es mi sino
cargar el fardo de mi vida trunca,

¡que no te vuelva a ver! Yo te lo pido
por Dios... ¡Cuánto mejor hubiera sido
que no te hubiera conocido nunca!


jueves, 2 de mayo de 2013

José Albi

A brazo partido

Llevo en los huesos tanto amor metido
que sólo en carne viva y a bandazos,
voy capeando el mar de estos dos brazos
entre los que me encuentro sometido.

No, no basta gritar, tomar partido,
morir hasta caerse uno a pedazos;
hay que hundir a caricias y a zarpazos
tu corazón, tu corazón vencido.

Quiero daros la vida que me sobra,
y este amor que me arranca de los huesos.
Vuestro mi corazón, vuestra mi obra

de compartir lo vuestro y nuestro y mío,
consumidos en cólera y en besos.
Sólo a mi amor vuestro dolor confío.

domingo, 7 de abril de 2013

Ricardo Molina

Invitación a la dicha

                                                   Es dulce ser amado pero amar,
                                                                oh dioses, qué ventura...
                                                                                                    Goethe


Ámame ahora que tengo los cabellos negros
y una corona de junco
y el perfume del agua y de la jara
en los brazos desnudos.

Ámame ahora que tengo en los ojos
la suave llama de la tarde
y la gracia de la sonrisa
y la leve frescura de los manantiales.

Ámame ahora que tengo en los labios
el fuego deslumbrante del Mediodía
y la serenidad del cielo en las mejillas.

Ámame ahora que tengo en el cuello
el resplandor de los lirios quemados.
Ámame ahora que corre por mis hombros
el torrente divino del deseo.
Ámame ahora que tengo el pecho ebrio
como una flor de vino.

Ahora y no luego, ahora y no mañana,
ahora que besa mi alma todo tu cuerpo
confundiendo su aliento al de mis labios.

Bésame ahora que es primavera
y el chamariz canta y vuela en un árbol,
ahora, amor mío, que estamos en mayo
y zumban en el aire las abejas,
ahora que todo es hermoso y feliz,
ahora y no mañana,
ahora y no luego.

Bésame los labios, el cabello, los hombros
ahora que en los huertos florecidos
es tan dulce la flor primera del granado.

Dame todo tu amor ahora, amor mío,
¿no ves que soy en la tierra dichosa,
dulce como el árbol del paraíso?

Ahora que soy un manantial virgen
donde cada onda es una caricia,
una colina verde
donde cada florecilla es un labio encendido,
un valle misterioso
donde cada viento es un suspiro,
un río de amores
cuya música frágil es tu nombre.

¿No son nuestros estos días tan bellos?
¿No es hermosa la tierra bajo el sol y la luna?
¿No habla todo de amor desde el alba a la tarde?

¡Ámame!
¡Ahora y no mañana; ahora y no luego!

viernes, 5 de abril de 2013

Renato Leduc

Aquí se habla del tiempo perdido que como dice el dicho, los santos lloran

Sabia virtud de conocer el tiempo;
a tiempo amar y desatarse a tiempo;
como dice el refrán: dar tiempo al tiempo...
que de amor y dolor alivia el tiempo.

Aquel amor a quien amé a destiempo
martirizóme tanto y tanto tiempo
que no sentí jamás correr el tiempo,
tan acremente como en ese tiempo.

Amar queriendo como en otro tiempo
-ignoraba yo aún que el tiempo es oro-
cuánto tiempo perdí -ay- cuánto tiempo.

Y hoy que de amores ya no tengo tiempo,
amor de aquellos tiempos, cómo añoro
la dicha inicua de perder el tiempo...

De "Breve glosa al Libro de buen amor" 1939



La esquina

Cuánto tiempo esperé contra la esquina
de mi perplejidad un grande amor;
cuánto tiempo esperé y cuando llegó
apenas pude caminar tras él.

La pantalla platónica -la esquina-
nos arroja la sombra torturada
de las cosas
que la razón glacial estratifica.

El silbato de tránsito es un geiser
glutinoso.
El amor se bifurca en esperanzas
que alambique cerúleo cristaliza,
y esa mujer que va pasando deja
glaucas estalactitas de sonrisa.

Dramática figura del que espera
un aleatorio amor en cada esquina.
Blanco de las potencias enemigas;
de los perros que orinan,
de los dioses acuáticos
y del camión fecundo en tropelías.
Triste figura mía
que abjuraste de todo movimiento
esperando en la esquina
cosas como el amor, tardas, ambiguas.

De "Algunos poemas deliberadamente románticos
y un prólogo en cierto modo innecesario" 1933


lunes, 1 de abril de 2013

José Emilio Pacheco

Indeseable

No me deja pasar el guardia.
He traspasado el límite de edad.
Provengo de un país que ya no existe.
Mis papeles no están en orden.
Me falta un sello.
Necesito otra firma.
No hablo el idioma.
No tengo cuenta en el banco.
Reprobé el examen de admisión.
Cancelaron mi puesto en la gran fábrica.
Me desemplearon hoy y para siempre.
Carezco por completo de influencias.
Llevo aquí en este mundo largo tiempo.
Y nuestros amos dicen que ya es hora
de callarme y hundirme en la basura.



La flecha

         No importa que la flecha no alcance el blanco
Mejor así
         No capturar ninguna presa
         No hacerle daño a nadie
pues lo importante
es el vuelo         la trayectoria          el impulso
         el tramo de aire recorrido en su ascenso
         la oscuridad que desaloja al clavarse
vibrante
         en la extensión de la nada

Contraelegía

Mi único tema es lo que ya no está
Y mi obsesión se llama lo perdido
Mi punzante estribillo es nunca más
Y sin embargo amo este cambio perpetuo
este variar segundo tras segundo
porque sin él lo que llamamos vida
           sería de piedra.


domingo, 31 de marzo de 2013

Yosa Buson

Bosque de Bambú

Pasó el ayer,
pasó también el hoy:
se va la primavera.
La flor del té,
¿es blanca o amarilla?
Perplejidad.
Melancolía,
más que el año pasado:
tarde de otoño.




Primavera

Encender una vela
con otra vela;
una noche de primavera.



Acercando el brasero
a los pies,
parece tan lejos del corazón.



Lentos días pasando, acumulándose,
¡Qué lejos están,
las cosas del pasado!



Tras de mí,
viejo y débil,
flores esparciéndose.



Te vas, -
¡Qué largo el camino!
¡Qué verdes los sauces!



Esto es todo:
el camino acaba
en el huerto.


sábado, 30 de marzo de 2013

Rosa Chacel

Apolo

Habitante de los anchos portales
donde el laurel de la sombra oculta el arpa de la araña,
donde las losas académicas,
donde las arcas y las llaves mudas,
donde el papel caído
recubre el polvo de frágil terciopelo.

¡El silencio dictado por tu mano,
la línea entre tus labios sostenida,
tu suprema nariz exhalando un aliento
como brisa en las praderas,
por gemelas vertientes recorriendo los valles de tu pecho,
y en torno a tus tobillos un espacio
pálido como el alba!

¡Eterna, eternamente un universo a imagen tuya!
Con la frente a la altura de tu plinto,
viniendo de aritméticas vacías como claustros,
de cielos oprimidos como flor entre páginas,
¡eternamente! dije, y desde entonces,
¡eternamente! digo.

Beso a mi voz, que expresa tu mandato,
la suelto y voy hacia ti, como paloma
obediente en su vuelo,
libre en la jaula de tu ley.

El trazo de tu norma, en el basalto
de mi inocencia oscura,
el paso de tu flecha ¡para siempre!
Y hasta el fin tu soberbia.
Sobre mí, solo eterno
tu mandato de luz, Verdad y Forma.

viernes, 29 de marzo de 2013

Vinicius de Moraes

Mujer al sol

Una mujer al sol es todo mi deseo,
viene del mar, desnuda, con los brazos en cruz
y la flor de los labios abierta para el beso
y en la piel refulgente el polen de la luz.


Una hermosa mujer, los senos en reposo
y caliente de sol, nada más se precisa.
El vientre terso, el pelo húmedo y una sonrisa
en la flor de los labios, abierta para el gozo.


Una mujer al sol sobre quien yo me arroje
y a quien beba y me muerda y con quien me lamente,
y que al someterse se enfurezca y solloce,


e intente rechazarme, y que al sentirme ausente
me busque nuevamente y se quede a dormir
cuando yo, apaciguado, me disponga a partir.




Soneto

Esa mujer que se arroja fría
y lúbrica en los brazos, y a sus senos.
Me aprieta, me besa y balbucea
versos, rezos a Dios, votos obscenos.


Esa mujer, flor de melancolía
que ríe de mis pálidos recelos,
la única entre todas a quien di
caricias que jamás a otra daría.


Esa mujer que a cada amor proclama
la miseria y grandeza de quien ama
y feliz de mis dientes guarda huella.


¡Un mundo, esa mujer! Es una yegua
quizás, pero en el marco de una cama
nunca mujer alguna fue tan bella.



Versión de Mariano Ramos

martes, 26 de marzo de 2013

Nazim Hikmet

Me acostumbro a envejecer, es el oficio más difícil del mundo...

Me acostumbro a envejecer, es el oficio más difícil del mundo,
llamar a las puertas por última vez,
la separación para siempre.
Horas que corréis, corréis, corréis...
Trato de comprender a costa de dejar de creer.
Te iba a decir una palabra pero no pude.
En mi mundo el sabor de un pitillo por la mañana
con el estómago vacío.
La muerte antes de llegar me envió su soledad.
Envidio a los que no se dan cuenta de que envejecen,
                                                                 tan ocupados están con sus cosas.

12 de enero de 1963
De "Últimos poemas 1959-1960-1961"
Versión de Fernando García Burillo
(Ediciones del oriente y del mediterráneo -Madrid 2000)

 

Me han cerrado todas las puertas...

Me han cerrado todas las puertas
todas las cortinas
ni un pañuelo de azul
ni un puñado de estrellas.
Amor mío, ¿es que va a sorprendernos aquí la muerte
                                   sin que podamos salir de esta ciudad?


Leipzig, 3 de agosto de 1959
De "Últimos poemas 1959-1960-1961"
Versión de Fernando García Burillo
(Ediciones del oriente y del mediterráneo -Madrid 2000)
 

domingo, 24 de marzo de 2013

Elvio Romero

Fuego primario 

Mirarte es ver colinas,
mirarte así tendida, detenida y desnuda,
situando planicies de arena en las axilas,
desnuda y dividiendo la blancura caliente de las sábanas,
mirarte es ver que oscuros orígenes te pueblan,
que el aire te enajena por urnas inasibles,
si te miro desnuda...

Hay cuestas y hay declives,
hay en tu piel suaves territorios de nubes sensitivas,
hay humos y adherencias de ardorosa madera,
hay una sombra ilesa que escapa del asedio,
si te miro desnuda.

Se ve que en tu cintura
se doblan valles que arden con vientos incesantes;
se ve, rosado y táctil, nimbado por rumores,
el hoyo de agua nívea que tu vientre arremansa
como un rosado tiesto de palpitantes flores,
si te miro desnuda.

Mirarte es ver colinas,
lluvias que se diluyen respirando en tus pechos,
es embestir un campo de tierras onduladas,
es llegar al origen de la sangre,
es imantarse al golpe
que oscuramente sube de tu boca y tus trenzas,
y es imposible entonces no acosarte y vencerte
con sedientas hogueras.

Si te miro desnuda.


De "De cara al corazón" 1961


Huésped

Había entrado.

               La que más sabe, la que puso el oído
y escuchó atentamente la negación, el pacto,
lo dicho y desdecido; la que vio el cambio
de color de tus labios, precipitarse
lo inesperado, la puesta en pie, la aventura
y el alba, el beso,
la alegría.

               La noche había entrado.

               La que más sabe.

De "Un relámpago herido" 1967"

lunes, 11 de marzo de 2013

Mario Rivero

Balance

Es terrible no encontrar a dónde ir...

De las casas unas están destruidas,
sin lecho, a oscuras y con telas de araña,
con lepras en los muros y con espectros tristes,
otras se alzan tan falsas como un decorado.

Del palacio o la casa encantada,
la tapicería vemos gastada, anticuada.
No hay belleza en aquel lugar, no hay misterio,
y continuamos nuestro aislado camino,
en el jardín gotea el surtidor del cansancio.

Hay posadas que ya no se abren más por nosotros,
con las que hemos perdido el contacto,
cuando exentos de excusa, buscamos,
titubeantes como un extranjero,
o aun como mendigos, lejanos, extraños...

Es terrible no saber a dónde ir,
al final del día muerto
a la hora en que a veces se bebe, o se mata.

Encontrar que no hay sendero,
no hay camino, no hay puerta, donde llamar,
en la fatua sonrisa del triunfo,
o en el pobre final, consumida ¡la Casa del Alma!


Lágrimas
                                       "En el juicio Final sólo se
                                               pesarán las lágrimas"
                                                                            Cioran


Conozco las lágrimas.
Sé de las lágrimas.
Un negro rocío cuyo sabor perdido
                                         de nuevo encuentro.

He llorado de noche, a la orilla del mar,
oprimido por el dardo de la belleza...

Sollozado lágrimas por alguna espantosa
                                                                                  verdad,
secretamente. Serio como la muerte.
Donde no hay nada para engañar.
O desde lo alto de los tejados, donde
todos pudieran verme.
He llorado bajito, bajo, así de afligido
-medio-triste medio-enfermo-
por los nobles árboles desarraigados
                                                                viejos y negros...
Porque la mañana y la noche vienen otra vez
                                                                ¡y siempre otra vez!
y una vez más, en inextinguible y eterno infierno.

¡He vivido cargado de lágrimas!
Han brotado mis lágrimas
en algún estupor de vino y silencio...
He llorado cubierto por mi sudor de sangre
en mi Huerto-de-los-Olivos. Herida el alma
en la despedida mas breve.

Compartido anónimos ruidos de lágrimas
en que prevalece, la secreta tristeza del
                                                                                mundo.

Y sorbido la lágrima desde un párpado...
Una gota sola que cae, con impulso tierno
como e! de la rota cuerda de un arpa.

¡He llorado! ¡Llorado de amor o añoranza!
De vergüenza y orgullo. ¡De puro anhelo!
Lágrimas de vida y de muerte,
me han hecho verter una serie de pequeños hechos.


lunes, 4 de marzo de 2013

Paul Géraldy

Ternura

¿Me amas? ¿Qué estás haciendo? Ni una palabra dices.
Aproxímate a mí.
Deja por un momento lo que te ocupa ahora.
Ven a sentarte aquí.

Tendré mucho cuidado. Trataré que tu falda
no se vaya a arrugar.
Quitemos los cojines, si acaso te incomodan,
y vente aquí a sentar.

Picaroncita. Dame las manos. Que tus ojos
se fijen bien en mí.
¡Si a comprender llegaras cuánto es lo que te quiero!...
Mírame más... Así...

Debes ver en mis ojos que te entregué a ti sola
entero el corazón.

¿No lo estás comprendiendo?    Tan grande es esta noche,
¡tan grande es mi pasión!

Pero no lo comprendes, no puedes comprenderlo...
¿Cómo que dices " sí"?
¡Qué corazón tan bueno! ¡Qué amable! Y qué ternura
siento ahora por ti.

Sólo es para que puedas ahora darte cuenta...
Pero ¿oyéndome estás?
Sólo es para que sepas... En fin... De que te quiero
bien te convencerás.

Vuelve hacia mí los ojos. Mírame enternecida
porque llorando estoy.
Nada como tus ojos y tu frente... ¡Qué dicha,
pues de ellos dueño soy!

Inclina la cabeza del lado de la lámpara...
así te quiero ver.
¡Y déjame las manos, como si banda fueran,
en tu frente poner!

Gran ternura condensan tus ojos y tu frente
en mi triste vivir.
¿Dices que es cierto... es cierto? Te adoro, y bien quisiera
hoy hacerte sufrir.

Versión de Ismael Enrique Arciniegas

sábado, 2 de marzo de 2013

Louise Elisabeth Glük

Lamium

Así se vive cuando tienes un corazón helado.
Como yo: entre sombras, arrastrándose sobre la roca fría,
bajo las copas inmensas de los arces.

El sol apenas me alcanza.
A veces, al comenzar la primavera, lo veo elevarse a lo lejos.
Luego crecen las hojas sobre él, hasta cubrirlo todo.
Siento su brillo entre las hojas, vacilante,
como quien golpea un vaso con una cuchara de metal.

No todos necesitan de la luz
en igual medida. Algunos
creamos nuestra propia luz: una hoja plateada
como un sendero que nadie puede recorrer, un lago de plata
poco profundo bajo la oscuridad de los arces.

Pero esto ya lo sabes.
Tú y aquellos que piensan
que viven por la verdad, y en consecuencia,
aman todo lo que es frío.


Maitines 2

Ocurre contigo que eres como los abedules:
no debo hablarte
de modo personal. Muchas
cosas han pasado entre nosotros. ¿O
sólo me ocurrieron a mí? Me
siento culpable, culpable, te pedí
humanidad; no soy más menesterosa
que los otros. Pero la ausencia
de todo sentimiento, de la menor
preocupación por mí... También podría
dirigirme a los abedules
como en mi vida anterior: dejemos
que lo hagan del peor modo, déjales
que me entierren con los románticos,
que sus hojas amarillas y afiladas
caigan sobre mí
y me cubran.

De "Iris salvaje"
Versión de EduardoChirinos

sábado, 23 de febrero de 2013

María Clara González

Máscara

Esta mañana fue difícil
colocarme la máscara
No lograba encajarla conmigo
Tal vez llegó el momento
de cambiarla.


De "Pulso interno"

Búsqueda

¿Hasta cuándo la luz en la ventana
y el corazón ansioso
bebiéndosela a sorbos.

¿Hasta cuándo
la cacería de sueños
sin destino.


Corceles de fuego

¡Mi corazón
amo de naufragios
no sabe cómo sobrevivir a la esperanza!

De "Pasajeros del viento"


viernes, 22 de febrero de 2013

Blas de Otero

Ímpetu

Mas no todo ha de ser ruina y vacío.
No todo desescombro ni deshielo.
Encima de este hombro llevo el cielo,
y encima de este otro, un ancho río

de entusiasmo. Y, en medio, el cuerpo mío,
árbol de luz gritando desde el suelo.
Y, entre raíz mortal, fronda de anhelo,
mi corazón en pie, rayo sombrío.

Sólo el ansia me vence. Pero avanzo
sin dudar, sobre abismos infinitos,
con la mano tendida: si no alcanzo

con la mano, ¡ya alcanzaré con gritos!
y sigo, siempre, en pie, y así, me lanzo
al mar, desde una fronda de apetitos.

De "Ángel fieramente humano" 1950


lunes, 18 de febrero de 2013

Mía Gallegos

El claustro elegido

No busco nada.
A nadie aguardo en este día.

Esperar es una de las raras
estratagemas de Dios
para detenernos en un punto.

Mi país:
montaña verde y lluvia.
Un caballo se pierde en la llanura
imaginada,
que ahora está vedada a mis ojos.

Busco la intensa reflexión:
la de los libros amigos,
la luz interna que preciso para vivir,
el candil de oro,
el Eclesiastés y la paciencia de Job.

A mi edad y en un país de lluvia,
el claustro es una elección.

Ahí se pierden los contornos.
La vida se diluye en un ir y venir
del trabajo al café,
del café a la taberna.

Busco la infancia que soy:
la llanura, la sombra del árbol gigantesco,
el único mar sin fondo,
el caballo desbocado en su furia,
el verdor de la montaña junto al cielo.

Me gusta quedarme a solas
sintiendo como la sangre me nutre de nuevas vestiduras.

A solas me pertenezco.
No hay dicotomía entre el espejo y yo.
Una vive y la otra sueña.
Juntas recordamos a un hombre.
Juntas hemos escrito estos versos.

viernes, 15 de febrero de 2013

Víctor Hugo

La mujer caída

¡Nunca insultéis a la mujer caída!
Nadie sabe qué peso la agobió,
ni cuántas luchas soportó en la vida,
¡hasta que al fin cayó!

¿Quién no ha visto mujeres sin aliento
asirse con afán a la virtud,
y resistir del vicio el duro viento
con serena actitud?

Gota de agua pendiente de una rama
que el viento agita y hace estremecer;
¡perla que el cáliz de la flor derrama,
y que es lodo al caer!

Pero aún puede la gota peregrina
su perdida pureza recobrar,
y resurgir del polvo, cristalina,
y ante la luz brillar.

Dejad amar a la mujer caída,
dejad al polvo su vital calor,
porque todo recobra nueva vida
con la luz y el amor.


miércoles, 13 de febrero de 2013

Elías Nandino

Con mi soledad a solas

Amorosamente mi soledad desnuda
me cubre
como sábana de tierna sombra tibia.
Confundidos somos el orbe
donde la palabra impronunciada
construye el diálogo
que el pensamiento escucha.
Su compañía es el regazo
de un amor a oscuras
que, sobre mi piel esperanzada,
inventa la resurrección de los recuerdos.
Junto a sus ojos abro mi conciencia
y leemos los biográficos pasos
que caminan hacia atrás de nuestra historia:
fuegos fatuos, diseños, rostros, ecos,
en inquemante desfile momentáneo
que brota de los olvidos insepultos.

Estoy solo,
con mi soledad a solas,
amoldado a ella
como el vino a los muros de la copa,
y viviendo la íntima galaxia
parpadeante,
de una conversación en las tinieblas.



Mi corazón

Es mentira
que mi corazón porque palpita
esté despierto.


Sus latidos son tan sólo
el goteo
de su llanto glacial
como el que llora al fundirse
el témpano de hielo.


Es mentira
que mi corazón porque palpita
esté despierto.


Su misión se reduce
a mantener de pie
a un muerto
que esperanzado
aún persigue sus sueños.


martes, 12 de febrero de 2013

Leopoldo Alas Mínguez

Razón de amor

No es sólo la pasión de los abrazos,
la saliva, el aroma, el vértigo, los besos
o el plácido desvelo de la ausencia.

Mi amor es la fábula y la trama,
el relato interior que sigue a cada encuentro,
la glosa que acompaña los adioses,
el minucioso examen de las frases
y el eco que tu voz le pone a mi silencio.

Mi amor es ser feliz y no engañarme
anticipando el daño del negro desengaño,
cuando el sexo se esfume en el recuerdo
remoto y resentido de un orgasmo.


El consentir la calma en las mareas
y atesorar las horas y los días
de la fiesta de luz que celebramos,
del banquete voraz de los sentidos.

Y abolir la frontera de los cuerpos,
detenernos, subiendo la escalera,
a besarnos en todos los peldaños.

De "La posesión del miedo" 1996


Soledad es la hierba

Soledad entre cosas cargadas de sentido.
Mientras hierve en el fuego la pasta o la verdura,
no merece la pena ya ni hablar por teléfono
con amigos que comparten de lejos
la misma desazón en silencio contigo,
cada cual encerrado en su propia espesura;
la renuncia, el fracaso y un recuerdo de afectos
que llenaban la vida de síntomas inciertos
en tiempos felices de vino y rosas.
Soledad es la losa sin epitafio escrito.

Soledad es la herida por la que respiramos.
Construye cada cual el nido donde puede
con materiales nobles o plebeyos
y no existe otra ley que aguardar el momento
de salir, para volver a encontrarnos
por las calles y plazas donde todo sucede;
los amores, los pactos, el alud de proyectos
que hasta ayer nos mantuvo más o menos despiertos
en aras de una idea confundida.
Soledad es la herida por la que no sangramos.

De "La posesión del miedo" 1996



lunes, 11 de febrero de 2013

José Zorrilla

¡Ay del triste!

¡Ay del triste que consume
su existencia en esperar!
¡Ay del triste que presume
que el duelo con que él se abrume
al ausente ha de pesar!

La esperanza es de los cielos
precioso y funesto don,
pues los amantes desvelos
cambian la esperanza en celos.
que abrasan el corazón.

Si es cierto lo que se espera,
es un consuelo en verdad;
pero siendo una quimera,
en tan frágil realidad
quien espera desespera.


domingo, 10 de febrero de 2013

Ana Ajmatova

Hay en la intimidad un límite sagrado...

Hay en la intimidad un límite sagrado
que trasponer no puede aun la pasión más loca
siquiera si el amor el corazón desgarra
y en medio del silencio se funden nuestras bocas.

La amistad nada puede, nada pueden los años
de vuelos elevados, de llameante dicha,
cuando es el alma libre y no la vence
la dulce languidez del goce y la lascivia.

Pretenden alcanzarlo mentes enajenadas,
y a quienes lo trasponen los colma la tristeza.
¿Comprendes tú ahora por qué mi corazón
No late a ritmo debajo de tu diestra?


Versión de María Teresa León



Unos van por un sendero recto...

Unos van por un sendero recto,
otros caminan en círculo,
añoran el regreso a la casa paterna
y esperan a la amiga de otros tiempos.


Mi camino, en cambio, no es ni recto, ni curvo,
llevo conmigo el infortunio,
voy hacia nunca, hacia ninguna parte,
como un tren sobre el abismo.


Versión de Jorge Bustamante García


jueves, 7 de febrero de 2013

Delmira Agustini

¡Oh Tú!

¡Oh Tú!
Yo vivía en la torre inclinada
de la Melancolía...
Las arañas del tedio, las arañas más grises,
en silencio y en gris tejían y tejían.

¡Oh, la húmeda torre!...
Llena de la presencia
siniestra de un gran búho,
como un alma en pena;

Tan mudo que el Silencio en la torre es dos veces;
tan triste, que sin verlo nos da frío la inmensa
sombra de su tristeza.

Eternamente incuba un gran huevo infecundo,
incrustadas las raras pupilas más allá;
o caza las arañas del tedio, o traga amargos
hongos de soledad.

El búho de las ruinas ilustres y las almas
altas y desoladas!
Náufraga de la Luz yo me ahogaba en la sombra...
En la húmeda torre, inclinada a mí misma,
a veces yo temblaba
del horror de mi sima.
 

miércoles, 6 de febrero de 2013

Josefa Parra

De amor cortés

                      ¡Oh Dios, oh Dios, el alba! ¡Qué pronto viene!
                                           Fragmento de un alba del sigloXV


 Me has amado otra vez, tan delicadamente
-pueden también las fieras usar de cortesía-,
me has desnudado el cuerpo, aunque estaba desnuda,
abriéndome la piel con la boca y las uñas.
 
Es hermoso el dolor, doloroso el deseo,
tú más hermoso aún, más hiriente por tanto,
y es hermoso tenerte entre sangre y saliva,
apretado y caliente, hambriento todavía.
 
Quieran Dios y la Carne firmar una alianza,
que se alargue la noche más allá de la noche,
que se apague el lucero que anuncia la alborada
por que sólo amanezca debajo de las sábanas.

De "Alcoba del agua" 2002


domingo, 3 de febrero de 2013

Odette Alonso

Eva o el pecado original

Nada fue como dicen.
Yo descubrí mi cuerpo mojado en la maleza
y lo empecé a palpar.
Era mi cuerpo solo el que se hinchaba
inflamada mi vela.
No supe qué corría por mi vientre
trepaba hasta mi pecho
enceguecía.
Tuve miedo y grité
tuve miedo y rodé por la maleza.
Era fuego era sangre era lava de volcán
era espejismo.
No supe qué pasaba y tuve miedo
pero dejé rodar mi cuerpo y la llovizna
y algo estalló vibrante quién sabe en qué recodo.
Después dormí tranquila
un tiempo inexplicablemente largo.
Después quizás llegara Adán pero ya no lo vi
otra vez la llovizna humedeció mi cuerpo
y me sentí gritar.

viernes, 1 de febrero de 2013

Josefa Parra

No es amor, no es amor...

No es amor, no es amor
el estremecimiento que me ofreces,
la dependencia dócil del deseo,
no es amor.


La piel de transparente se hace alma
que el sudor cristaliza, puramente
transfigurada; pero es sólo el tiempo
que tarda ese tirano de tu cuerpo
en hacerse notar en estampida.
No es amor, lo conozco; yo no sé
qué cosa sea, pero no es amor.

De "Alcoba del agua" 2002




Te explico la diferencia

Puedo pasar la vida
contando los exactos lunares de tu vientre,
siguiendo en el espejo tu mirada, ahuyentando
tus fantasmas; si quieres, siéndome un poco tú.


Puedo pasar la vida.
Pero vivir, amor, es mucho más que eso;
es crecer y dormir y envejecer contigo,
reñir y bromear, y no vernos a veces,
o vernos como extraños alguna madrugada.
Es la recia costumbre que de pronto fulgura
con una hermosa lumbre de pasión y demencia.

De "Alcoba del agua" 2002

miércoles, 30 de enero de 2013

Heberto Padilla

Poética 

Di la verdad.
Di, al menos, tu verdad.
Y después
deja que cualquier cosa ocurra:
que te rompan la página querida,
que te tumben a pedradas la puerta,
que la gente
se amontone delante de tu cuerpo
como si fueras
un prodigio o un muerto.

De "Fuera del juego" 1968



Para escribir en el álbum de un tirano 

Protégete de los vacilantes,
porque un día sabrán lo que no quieren.
Protégete de los balbucientes,
de Juan-el-gago, Pedro-el-mudo,
porque descubrirán un día su voz fuerte.
Protégete de los tímidos y los apabullados,
porque un día dejarán de ponerse de pie cuando entres.


De "Fuera del juego" 1968

martes, 29 de enero de 2013

Manuel Alcántara

Arcángel de pereza

Un arcángel me ronda indiferente,
oigo sus alas cerca de mi aliento;
un arcángel me ronda, yo lo siento
con el peso del aire por mi frente.


El me enseñó a decir "inútilmente"
y a darle los propósitos al viento;
su espada, del metal del desaliento
se hundió en mi voluntad desobediente.


Arcángel rondador de la desgana,
que se lleva el dolor que no me tomo
para traerlo el día de mañana...


Sujetas van las penas por las bridas,
enjaezadas, dolientes, nobles, como
las mulas al final de las corridas.


Sólo la ociosidad es mi tarea.
Las morunas naranjas, gajo a gajo,
vierten su antiguo zumo, y en el tajo
se ha vuelto perezosa la pelea.


Si esto es vivir, que venga Dios y vea
cómo ando con la vida cuesta abajo...
Que cuesta estar de pie mucho trabajo
para después marcharse adonde sea.


El naufragio que llevo entre las sienes,
que es verdad que no cabe en cualquier río,
me trae a mal traer... Y aquí me tienes


contándole una historia a los desiertos,
machacando la vida en hierro frío,
hablando de la muerte con los muertos.


Lo sabe el corazón. Que no se diga
que el corazón no sabe lo que tiene.
Sobre su propia muerte se sostiene
pero la sangre a veces se fatiga.


Cansado y todo dice Dios que siga
habitando el vacío, que se llene
de noches y de nada... Mientras viene
uno se echa a dormir. Pereza obliga.


Con la genealogía de los trinos
cantando está la antigua voz del arte
a la insegura sombra de la suerte,


la memoria se llena de caminos
pero no llegaré a ninguna parte
con este corazón de mala muerte.

lunes, 28 de enero de 2013

Eunice Odio

Declinaciones del monólogo

I
Estoy sola,
muy sola,
entre mi cintura y mi vestido,
sola entre mi voz entera,
con una carga de ángeles menudos
como esas caricias
que se desploman solas en los dedos.
Entre mi pelo, a la deriva,
un remero azul,
confundido,
busca un niño de arena.
Sosteniendo sus tribus de olores
con un hilo pálido,
contra un perfil de rosa,
en el rincón más quieto de mis párpados
trece peregrinos se agolpan.

II
Arqueándome ligeramente
sobre mi corazón de piedra en flor
para verlo,
para calzarme sus arterias y mi voz
en un momento dado
en que alguien venga,
y me llame...
pero ahora que no me llame nadie,
que no quepo en la voz de nadie,
que no me llamen,
porque estoy bajando al fondo de mi pequeñez,
a la raíz complacida de mi sombra,
porque ahora estoy bajando al agónico
tacto de un minero, con su media flor al hombro,
y una gran letra de te quiero al cinto.
Y bajo más,
a las inmediaciones del aire
que aligerado espera las letras de su nombre
para nacer perfecto y habitable.
Bajo,
desciendo mucho más,
¿quién me encontrará?
Me calzo mis arterias
(qué gran prisa tengo),
me calzo mis arterias y mi voz,
me pongo mi corazón de piedra en flor,
para que en un momento dado
alguien venga,
y me llame,
y no esté yo
ligeramente arqueada sobre mi corazón, para verlo.
y no tenga yo que irme y dejar mi gran voz,
y mi alto corazón
de piedra en flor.


domingo, 27 de enero de 2013

Joan Margerit

Horarios nocturnos

Acostado a tu lado, oigo los trenes.
Cruzan mi frente sus fugaces luces
rasgando el horror tibio de esta noche.
La pausa de silencio me deja una luz roja,
una nota sobre este pentagrama
de cables y de vías oscuras y brillantes.

Acostado a tu lado,
oigo cómo se alejan con el ruido más triste.
Quizá me he equivocado no subiendo a uno de ellos.
Quizá el último acierto
sea -abrazado a ti-
dejar pasar los trenes en la noche.

viernes, 25 de enero de 2013

José María Fonollosa

Broadway 

El amor es un juego apasionante 
y el mejor sustituto del amor. 
De aquel amor inmenso, el amor único, 
que uno halla varias veces por el tiempo. 

El recíproco amor es lo más bello. 
Lo sabemos los dos. Pero es muy grande 
el vacío que se abre entre el amor 
que se ha ido y el amor que aún no ha llegado. 

¿Por qué llenarlo, pues, con la tristeza 
si es posible colmarlo de sonrisas? 

Si se ha ocultado el sol pueden los faros 
del coche iluminar la carretera. 
Mientras llega otro amor buscando el nuestro 
juguemos, sólo juego, a enamorarnos. 

Juguemos a querernos, sin querernos, 
hasta el día en que alguno de los dos 
vuelva a sentir amor por cualquier otro. 
El amor es hermoso aun como juego.

jueves, 24 de enero de 2013

Gerardo Diego

 Tuya

 Ya sólo existe una palabra: tuya.

Ángeles por el mar la están salvando
cuando ya se iba a hundir, la están alzando,
calentando sus alas. ¡Aleluya!

Las criaturas cantan: “Aunque huya,
aunque se esconda a ciegas sollozando,
es tuya, tuya, tuya. Aunque nevando
se borre, aunque en le agua se diluya”.

“Tuya”, cantan los pájaros, los peces
mudos lo escriben con sus colas de oro:
Te, u, y griega, a, sí, tuya, tuya.

Cantádmela otra vez y tantas veces,
a ver si a fuerza de cantar a coro.
“¿Tú? ¿Ya? ¿De veras?” “Sí. Yo, Tuya. Tuya.”




miércoles, 23 de enero de 2013

Luis García Montero


Se descalzan los días...

Se descalzan los días
para pasar de largo sin que nos demos cuenta.
Son casi despedidas, casi encuentros
-felices pero incómodos-
de cuerpos que se miran
y que aplazan la cita.
                              Aunque detrás,
suelen quedarnos huellas que no son los recuerdos.

De aquel jardín inculto yo conservo
el hombre que venía a desearte,
a caminar sin ti,
silvestre y solo.
Porque de ti le hablaban las adelfas,
con sus ramas difíciles como muchachas jóvenes,
y las palmeras altas igual que tu desnudo,
y aquel cielo corrido
que buscaba
la luz con que el amor te distingue los ojos.

No envejecemos nunca. Tal vez no envejecemos.

Y ahora puedo decírtelo,
cuando tú me recuerdas las adelfas,
y tu desnudo en arco dibuja una palmera,
y los ojos se nublan
sobre el jardín silvestre de los enamorados.

Tal vez no envejecemos. O es acaso que el tiempo
se quitó los tacones para no molestarnos.
O es acaso el deseo
que camina en los labios todavía descalzo.


martes, 22 de enero de 2013

Jacques Prévert

Para ti, mi amor

Fui al mercado de pájaros
y compré pájaros
Para ti
mi amor


Fui al mercado de flores
y compré flores
Para ti
mi amor


Fui al mercado de chatarra
y compré cadenas
Pesadas cadenas
Para ti
mi amor


Después fui al mercado de esclavos
Y te busqué
Pero no te encontré
mi amor.

De "Paroles"
Versión de Claire Deloupy

 

lunes, 21 de enero de 2013

Iván Tubau

No eres lo que dices
                                                «Lo que eres me distrae de lo que dices»
                                                                                                       Pedro Salinas


Lo descubrí hace años en Ibiza: no eres
la que habla conmigo como las profesoras,
la que dice palabras como estratigrafía,
sobredimensionar y propósitos lúdicos,

sino la que recorre mis recovecos tibios
con una mano sabia y amable siempre húmeda,
la que impregna mi lengua con sus zumos secretos,
la que gime muy suave, la que grita muy fuerte.


De "La quijada de Orce" 1988-1997

sábado, 19 de enero de 2013

Pedro Salinas

Para vivir no quiero...

Para vivir no quiero
islas, palacios, torres.
¡Qué alegría más alta:
vivir en los pronombres!

Quítate ya los trajes,
las señas, los retratos;
yo no te quiero así,
disfrazada de otra,
hija siempre de algo.

Te quiero pura, libre,
irreductible: tú.
Sé que cuando te llame
entre todas las gentes
del mundo,
sólo tú serás tú.

Y cuando me preguntes
quién es el que te llama,
el que te quiere suya,
enterraré los nombres,
los rótulos, la historia.

Iré rompiendo todo
lo que encima me echaron
desde antes de nacer.
Y vuelto ya al anónimo
eterno del desnudo,
de la piedra, del mundo,
te diré:
«Yo te quiero, soy yo».


De "La voz a ti debida"

jueves, 17 de enero de 2013

Pura Salceda

Ordéname

En esta noche loca
ordéname muchas cosas
ordéname que te desee
que quiera volver a tu piel.

Ordéname que invadas mis sueños
que mi cuerpo sea para ti un don
que te huela una y mil veces
y aún más
si me dejas.

Ordéname que me entregue al caos de tus caricias
allí donde lo inesperado
siempre fue refugio nuestro
y desordena mi cabello entre tus dedos
en las horas de lujuria
pacto entre iguales
yo siempre velero a tus órdenes,
mi capitán.

Pura Salceda

miércoles, 16 de enero de 2013

Nira Etchenique

Sin amor

Si por lo menos
no hubieras dicho que me amabas,
si sólo hubieras dibujado con tu mano cabal
la mansedumbre de mi cuerpo,
si me hubieras asaltado en silencio,
como el agua,
si hubieras venido a mí como un sonámbulo,
todo pulso, y calor, y piel, y lengua.


Si por lo menos
no hubieras dicho que me amabas,
esta noche,
esta noche tan amarga
me sería más fácil caminarla.
Caminarla sin ti que estás mordido
como pan de vagabundo en la ventana,
caminarla sin ti, que te has herido
como pájaro de vientre prolongado.


Si por lo menos
no hubieras dicho que me amabas,
si sólo hubieras llegado con tu hoy
simple y rotundo como un cero
y nada más, y nada de tu ayer y tu castigo,
y tu culpa y tu viejo carro uncido.
Si me hubieras penetrado sin palabras
solo y único, en silencio, acorazado.
Si me hubieras medido con tu carne
con la boca afirmada a la moneda,
si me hubieras logrado sin hablarme....


Si por lo menos
no hubieras dicho que me amabas,
si solo hubieras descendido oscuro
y anónimo y feroz y enmudecido,
qué fácil caminar por esta noche
de ciudad dilatada en bocacalles.
Qué fácil detenerte en las esquinas
y en las manos que juegan a ser rosas
sobre el límpido cristal de las vidrieras.
¡Qué fácil el otoño y el olvido!


NIRA ETCHENIQUE    ( Chile )