jueves, 27 de mayo de 2010

L.Gómez (samudras)

ESTOY CANSADO


Estoy cansado de llevar este peso.
Tu ángel.
Estoy cansado de decirte amor.

Se me cansaron las manos,
el insecto,
las yemas zumbadoras.

Los dedos.
La calma en tus hélices
de viento y arpa.

La mía, claro.
Me he cansado de conspirar
increíbles en la frente.

Han pasado los pájaros
por la ventana.
Tu rostro.

Ya no acude la arena
a peinar bucles en la playa.
Los tuyos digo, claro.

Cansado de imaginar improbables
voy donde tú no estés
y levanto escaleras

buscando ángeles azules.
Estoy cansado de decirte
que estoy cansado, amor.

domingo, 23 de mayo de 2010

Luis Valero

Como él me dice, no sobra ni una palabra, están las que deben estar.
ESCRIBIR ES RESTAR


La pluma es un cincel, es una resta,
es una desnudez de cuerpo entero.
Luchar contra uno mismo es una gesta;
quitarse la careta y el sombrero.

Cortar con el orgullo siempre cuesta.
Limpiarse de arrogancia es el rasero
que filtra toda piedra, que interpuesta,
convierte al escritor en palabrero.

Quisiera despojarme de manías,
sacarme con tenazas al fantoche
quemar mi falsedad en la fogata.

Quisiera suprimir las tonterías,
la falsa vanidad y su derroche
que pudre las estrofas y las mata.

miércoles, 19 de mayo de 2010

Francisco de Quevedo

Francisco Gómez de Quevedo y Santibáñez Villegas (Madrid, 14 de septiembre de 1580 — Villanueva de los Infantes, Ciudad Real, 8 de septiembre de 1645) fue un noble, político y escritor español del Siglo de Oro, uno de los más destacados de la historia de la literatura española.


Amor constante más allá de la muerte


Cerrar podrá mis ojos la postrera
sombra, que me llevare el blanco día;
i podrá desatar esta alma mía
hora, a su afán ansioso lisongera:

mas no de essotra parte en la rivera
dejará la memoria, en donde ardía;
nadar sabe mi llama la agua fría,
i perder el respeto a lei severa.

Alma, a quien todo un dios prissión ha sido,
venas, que humor a tanto fuego han dado,
medulas, que han gloriosamente ardido;

su cuerpo dejarán, no su cuidado;
serán ceniza, mas tendrá sentido;
polvo serán, mas polvo enamorado.

miércoles, 12 de mayo de 2010

Paula Álvarez Carnero

Paula Álvarez Carnero (1973 Ourense)

EL JARDINERO MÁGICO


Entra en casa.
El pelo lo trae lleno de hojas secas,
unas raíces brotan de sus zapatos.
En las pisadas fértiles
que abandona sobre el pasillo,
germinan cada primavera
los tulipanes de la alfombra.
Se acerca, voraz,
con la mirada impúdica
de un coleccionista de amantes
y florecen tres violetas sobre mi hombro.
los lirios de las sábanas se inquietan.
La noche comienza a oler a lluvia.
Despojado de musgo y ropa,
me arrastra a su escondite de helechos
para convertirme, de nuevo,
en pétalo sobre sus manos.

martes, 11 de mayo de 2010

Luis Valero

Ha sido como si me leyera la mente, estaba hablando en el chat y contaba que debo encontrar el sentido que se me perdió en la vida, y en ese mismo momento, Luis Valero, recita su poema. Es reciente, de este año 2010, y, como siempre, lo pongo porque lo considero hermoso y me llega.


VICTORIA


Escucho cada día la misma cantinela
de jóvenes ancianos enfermos de vacío.
No gozan, no se ríen, prefieren que les duela.
Son los fantasmas tristes que vomitó el hastío.

Hoy canto con la fuerza de un coro de campanas,
de rayos de tormenta en medio del verano,
del sol cuando despierta gozoso en las mañanas,
de quien besó la vida, y le tomó su mano.

También he visitado la cárcel de los hielos,
la jaula sin paredes del miedo a la derrota,
la envidia sofocante, la herida de los celos,
cuando cavé mi tumba y me volví un idiota.

Vencí las soledades armado de alegría.
Salí de la penumbra feliz, fortalecido.
Doy gracias; hoy he vuelto a ver la luz del día
pues derroté a la nada porque encontré el sentido.


Luis Valero, Madrid, 2010

miércoles, 5 de mayo de 2010

Julio Flórez Roa

Poeta boyacense (Chiquinquirá, mayo 22 de 1867 - Usiacurí, Atlántico, febrero 7 de 1923).

Reto


Si porque a tus plantas ruedo
como un ilota rendido,
y una mirada te pido
con temor, casi con miedo;
si porque ante ti me quedo
extático de emoción,
piensas que mi corazón
se va en mi pecho a romper
y que por siempre he de ser
esclavo de mi pasión;
¡te equivocas, te equivocas!,
fresco y fragante capullo,
yo quebrantaré tu orgullo
como el minero las rocas.
Si a la lucha me provocas,
dispuesto estoy a luchar;
tú eres espuma, yo mar
que en sus cóleras confía;
me haces llorar; pero un día
yo también te haré llorar.

Y entonces, cuando rendida
ofrezcas toda tu vida
perdón pidiendo a mis pies,
como mi cólera es
infinita en sus excesos,
¿sabes tú lo que haré en esos
momentos de indignación?
¡Arrancarte el corazón
para comérmelo a besos!